lunes, 19 de diciembre de 2011

Poesía de Fernando Chuquipiunta (Huancané, Puno)














CANTICO TERRENAL





Madre querida:
Al abrir la ventana
y al llegar el nuevo Sol
he escuchado tus palabras
parecidas al viento.

Las palomas del campo
trajeron en sus alas
las últimas canciones
que los pastores escribieron
en las abras y caminos.

Al escuchar tu voz
he vuelto a ser un niño
y me he visto entristecido
porque sé que no podré
ir a tu encuentro.

Sin embargo, reconstruyo
palabra por palabra
un mundo que cada día
cuesta mucho sobrevivir
en medio de tanta soledad.








INFANCIA

Voy a buscar al niño
que fui en estas calles
donde el viento a veces barre
las estrellas de las tardes
llenas de recuerdos.

A ese niño que veo
correr entre personas
que no conozco.
Un niño que tiene
la misma mirada que yo.
A veces juega
con los guijarros
y otros niños que llegan
al atardecer.


Corro hacia él
para abrazarlo y no sé
como es que desaparece
ante mis ojos
llenos de lluvia.

Ese niño soy yo
que todavía vive
en mi memoria.
Es él quien escribe
y me dicta estos poemas.









VERBO AÑORADO




Yo sé que más allá
en tu morada celestial.
Padre mío, ahora estás
caminando por rutas
que se diseminan
por luminosas laderas.

Salgo para encontrarte
entre bosques tropicales
y en los sueños fugaces
que hay en mí.
Más que un idilio
mi corazón te busca
donde las aves
se han diseminado
y no hay eclipse de la luna.

Padre valeroso,
envuelto en llamaradas
y el viento de la tarde.
Quisiste vivir mucho más
para ver a tu pueblo
caminando hacia el futuro.

Padre ejemplar
ahora beso tu manos,
tus encanecidos cabellos
y tu mirada que ilumina
las rutas que hay en el universo.






CATARSIS CÓSMICA



En los laberintos del tiempo
desaparecen los signos.
Se tornan más enigmáticos aún
en las praderas insondables
donde moran las magnolias
que se convierten en estelas
de invisibles astros.

Pero al fondo
en los límites del recuerdo
el fulgor del fuego
el amanecer de los días lunes
el secreto caudal de los ríos
el ulular del viento.
el vuelo de las palomas
el croar de los vertebrados.
Alguien busca todavía
los orígenes de la lluvia. P

En las infinitas noches
una persona que no conozco
camina sobre la escarcha
donde luciérnagas incandescentes
arden en labios de las flores
que permanecen incólumes
detrás de las nieblas del olvido.






Centenario del nacimiento de José María Arguedas








Entre diamantes


y pedernales


cunde la limpidez


del agua cristalina.



Sobre los ríos


profundos emergen


agonías interminables


del Rasu Niti.





¡Oh! José María Arguedas


acrisolaste con pundonor


Todas las sangres


del Universo.





Los cantos quechuas


revitalizan el sueño


del Pongo,


emanan del verbo


afligido el Orovilca.




¡Oh! Taita Arguedas,


los bramidos


de los pututos,los trinares


de las palomas


gravitan


los montes del Olimpo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Poesía de Renato Felices (Perú)




Renato Felices (Lima, 1973) no es poeta, no cree en la poesía, no asiste a recitales, ferias del libro, ni nada que tenga que ver con aglomeraciones de gente, él no pertenece a este mundo literario, no entiende el aplauso ni añora el reconocimiento, vive recluido en algun punto de Chosica, leyendo y sobreviviendo, caminando anonimamente con un pucho en la boca, como le gusta; escribe para dejar rastros, solo para que quienes lo queremos sepamos que está vivo, si alguien lo ve por la calle avisenle que sus amigos lo buscan hace mucho.








Vegetando


Migraña, el sudor se escurre por mi cara

Ya no veo el ecrán de mis días
Mis mejores días

Solo veo reyes decapitados
Congresos infernales de cadáveres sin lengua
que no tuvieron la oportunidad de hablar

De decirle a dios lo que se merecía

En esta cama de pétalos negros
Y de laberintos seminales

Abandono mi existencia

Incubos y Súcubos celebran mi deceso

Me hacen soñar con sangre y risas
Mientras duermo

Organizan mi proceso onírico a su antojo
Discurren, deciden, toman decisiones

Tengo fracturada una extremidad inferior de mi alma

La costilla flotante de mi cuerpo sutil

miles de gendarmes hechos de polvo negro me asfixian

hacen inútil mi nariz y mis pulmones


una halo sale de mi cuerpo y avanza y avanza hacia el infinito.










Cordura




Ya no quepo en mí
Será porque ya no tiemblo al ver una rosa

Hasta la palabra más sana me rehuye

Ya no escucho mi voz
Ni al eco que la destruye

No quiero ser un cuerpo violado en medio de la ciudad
Una marioneta estupefacta y sin vida

No conozco a dios
No me han caído sus lágrimas, ni su sonrisa

Soy un desalmado sin culpa de serlo
Un transeúnte hacia el infierno
Una escalera ensangrentada
Un polígono sin forma

Ese soy yo, loco y cuerdo.





Zona de daño





me rompí la vida
caí en el esófago del miedo

me volví turbio y ajeno
recogí flores negras

descendí a la pulpa de la muerte
y cuando quise regresar
ya era demasiado tarde

Q.E.P.D mi vida













Humano - víscera, resto del día
fractura de algún error

olvido de dios
recuerdo del demonio

no resucites el extremo de tu maldad
ahoga la pena matándote

humano
ganas no te faltan de seguir haciendo daño.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Carlos Barbarito (Argentina)





Cenizas del mediodía del poeta argentino Carlos Barbarito(Premio de poesía editorial Praxis 2009) encierra en sus páginas la fugacidad de episodios nostálgicos, el acto final como una posibilidad siempre latente, mostrado como el permanente discurso de alguien que observa el tiempo como una mancha difícil de borrar, la levedad de todos los espacios y astros con los que se conjuga la existencia son una muestra de que estamos vivos, pero vivos de qué?, de recuerdos, de penas; las preguntas dentro de estas páginas son disparos al aire que no encuentran destino, el discurso se vuelve un ave que gira en círculos concéntricos buscando su nido, al final, descubrimos más preguntas que certezas, los devaneos ante la posibilidad de no hallar lo que se busca conlleva al yo poético a la negación de todo lo que se plantea; las palabras se encofran, los caminos se hacen inaccesibles.














Adiós a un sueño, no se hace




en la piedra el Paraíso, no hay espacio para el fruto;



quién almorzará ahora si lo que irrumpes



la noche, manteles sucios de ceniza.



Adiós al pan, al sabor de otra bocaen la boca



propia, al deseo de cebada y centeno,



plano que se inclina para que rueden,



esposados, palabra y cosa, hacia el abismo.



En qué dialecto, por qué gracia,



a través de que mecánica:



si ahora viera tu rostro,



cualquier rostro,lo creería mancha, error de un supuesto Plan



que debiera ser blanco sobre blanco.



Hay sangre, verdín, torpeza,



crimen que no se oculta,



vulgar locura de marino ebrio,



Fuego de San Telmo visto por un instante



desde alguna dársena a la que abandonaron,



hace mucho, los pájaros. Adiós



a la topografía, al número primo,



a la balanza, a la señal en el cielo o la tierra;



ya no vendré, no vendrás,



no lloverá ni hará buen tiempo,



todo será imposible, la voz dirá no ha lugar,



y no habrá lugar alguno.



















Todo comienza cuando no hay perdón,



ni salida hacia una claridad



al final del pasillo, con una mano débil



que apenas puede aferrarse al pasamanos,



cuando es tarde y nadie riega



el jardín olvidado por la lluvia,



las palabras arden sin humo



en los invernaderos vacíos,



todo se desata cuando el porvenir



se disipa, el presente se disipa,



las caras, aún las más amadas, se esfuman,



cuando la exploración acaba en el desierto,



todo se inicia cuando no queda follaje,



ni vuelo de ave, ni panes,

en el más crudo invierno,



en la más cerrada castidad,



en las ruedas hundidas en el barro,



en el desmayo de la invención,



en el fracaso del cálculo,



en la ceguera, en el exilio,



cuando sólo nos miran los animales, las estrellas.


















But what his mother was returns and cries on his breast.



Wallace Stevens, World Without Peculiarity.







Ahora que todo sucedió, ¿dónde



reencontrarla que no sea abajo y en lo oscuro?



Hablo y pregunto hacia el vasto dominio subterráneo,



responde por ella el consuelo,



que vale menos que una hoja seca,



una rama seca;¿cómo pensarla ahora, cómo asumir



esta hora que sobrevino a la hora desnuda y ciega,



cuando todavía hay quien augura resurrección



bajo bandadas que extravían su rumbo



y se precipitan? ¿Dónde



para ella el alimento prometido,



fulgente y constelado, el andar veloz,



sin tutela, hasta el mar primero,



el idioma último, su anchura, aliento y médula?



Lo sé, soy humano y todo se volvió remoto,



inhumano, por más que me prodigue



hay una flamante y desconocida especie

que, por frío y abandono, no me justifica;



¿qué acude en este momento a peinarla,



a salvarla del rocío, el hambre?



Imagino: recién llegó y tiembla,



no sabe todavía ni deletrear



eso nuevo que la acoge, pliegue



dentro de pliegue, vibración incesante que reposa;



¿qué es este abril que concluye,



que no me trae como antes oro en espejo,



breve calor que se adormece



a salvo de compás y atributo,



por qué debo ahora cargar con aceite

las lámparas para que iluminen,



respirar para no ahogarme,



girar la llave para que la puerta se abra?




AHORA QUE TODO SUCEDIÓ, ¿DÓNDE..?

TODO COMIENZA CUANDO NO HAY PERDÓN...

ADIÓS A UN SUEÑO, NO SE HACE..

jueves, 27 de octubre de 2011

LA POSMODERNIDAD EN EL PEZ ALADO DE KATERIN LAZARO AGUILAR





Las nuevas búsquedas estéticas han llevado siempre a los escritores a mirar más allá de lo que existe; los jóvenes poetas mergulhan en las futuras vanguardias como una forma de eternizarse, nada hay fuera de ellas se atrevió a decir el gran Paul Valery, pero fue él quien también dijo no hay nada nuevo bajo el sol, refiriéndose a que todo está hecho, establecido; y son justamente los jóvenes quienes acercándose a las actuales herramientas de este siglo, a través del mundo virtual, exploran y reinventan nuevas formas artísticas, como es el caso del reciente auge de la "Poesía visual" o la Performance.


Y es que en tiempos donde la palabra escrita como forma poética de expresión parece no alcanzar, la imagen cobra otra vez importancia no solo en el arte de la poesía sino también en el difícil arte de vivir.

A comienzos de este nuevo siglo donde las utopías parecen escasear y se conmemoran episodios sangrientos como el del once de setiembre, celebrado por televisión a todo color, haciendo de nuestro mundo una cultura de la muerte con el agregado del odio étnico que parecía desterrado de estos tiempos y la paranoia colectiva, indiscutible sello de esta era, nos hacemos quizá una pregunta, hasta que punto va a llevar el ser humano su sed destructiva?


En el afán de darle una interpretación a la conducta del hombre moderno hemos investigado colectivamente en la psique humana, Freud pensó que el diagrama humano se descifraba a través de su desarrollo psicosexual, Jung en el rizoma del inconsciente colectivo encontraríamos las respuestas arquetípicas a su interpretación ser humano - sociedad; hemos ido incluso más allá, convirtiendo al hombre en un sujeto que basa sus actos en solo estímulos e impulsos eléctricos, o en aspectos metafísicos que involucran verdad y fe.

Cada hombre o mujer es un libro abierto, un poema inconcluso que camina por la calle, como diría Vallejo “con su cigarro contratado y su dolor de bolsillo”, algunos tienen la fortuna de poder plasmar sus historias en cuartillas, como es el caso de Katerin Lázaro Aguilar, quien encuentra en el poema una forma de entender el mundo en el que habita; desde su yo poético Katerin pergeña las memorias de un personaje de estos tiempos postmodernos, una figura caótica, minúscula, soñadora, trastornada, herida, hastiada, quizá por el peso de la vida cotidiana, violenta y patologizante, una vida cada vez mas deshumanizada, donde el hombre se ha transformado en un producto desechable, donde cada vez más se categoriza a las personas por color de piel, rasgos, estatura, procedencia, etc., donde desaparecen las ideologías y se cuestionan las religiones ; ante esta avalancha de hechos Katerin ha construido un yo poético tal vez a imagen y semejanza con el que pueda puede sentarse a dialogar cerrando sus ojos para no ver todo aquello que le produce nauseas; el dialogo es más bien interior, produce reflexiones casi siempre tanaticas sobre la vida; una muchacha que camina por los abismos de la depresión y coquetea con el suicidio como una forma de escape (ya sé que la vida es abismo, que la vida es caída) pero esta es la historia que se repite como una vieja película en estos tiempos y que conocemos harto, aquí nos detenemos para preguntar: cómo una joven puede llegar a tener concepciones tan grises de la vida, hasta donde nos pueden llevar los estertores de un mundo enfermo(la vida es una celda con piel de otoño) donde el yo lirico pareciera abandonar todo acto de fe (guarda en el zapato el opio de la esperanza) por que el opio aquí es el dios negado para la poeta y son estos versos que me hacen recordar aquellos del poeta maldito Arthur Rimbaud cuando decía “Pedro renegó de dios, hizo bien”, cuando ella escribe de manera imprecatoria(si dios existiese, oh si existiese) como buscando en aquella duda alguna culpa divina para todos los males de la tierra. La vida se parece a un pozo donde todos debemos agitarnos como única manera de salvarnos, de no caer en las redes de la soledad y la locura; las respuestas a nuestras interrogante salen a la luz de manera natural, solo basta dar una ojeada al mundo para darnos cuenta que la basura ya no se esconde debajo de la alfombra sino que se muestra, se le da nuevas formas y se nos alimenta con ella. Todo esto basado en una microfisica del poder que limita y controla los aspectos de orden psíquico y social.


"Digamos/que nunca amaneció /es por eso que ahora divagamos/en la hoja en blanco" dice el yo poético y ante ello cae una guadaña sobre el cuerpo del poema, sobre la nada, que es la misma poeta, presa de su creación, navegando por aquel espacio en blanco, como un objeto no complementado, como un deseo lacaniano no saciado, sobre la atroz narrenschiff de Brant, llevándose consigo todos sus miedos, porque el poema es siempre un cuerpo al que hay que vencer, al que hay que doblegar o por el que uno se doblega, “hacer de mi cadáver el último poema” decía el trastornado y genial Leopoldo Maria Panero desde el psiquiátrico de Mondagón, y Artaud preso de su genialidad en rodez afirmaba que el acto de escribir es personal y vacío. Son estos los paralelos con los que lucha la poeta que converge a ratos en el simbolismo y en otros en la ternura "danzamos/dibujados /en las mágicas dunas". En ambos casos existe una búsqueda en la escencia humana, en emparentar al arte con la realidad y no con una simple aproximación fantástica de ella; entonces en estos tiempos el poema y el poeta terminan siendo uno, una simbiosis natural donde ya no se sueña sino se denuncia, donde no se fantasea sino se describe una realidad especifica.

Creo que no hay que dejarnos atrapar solo por el aspecto lúdico de los poemas de Katerin, con aires caligramaticos al estilo Apollinaire, aunque los textos son breves y muestran un lenguaje en ocasiones enmarañado creo que encuentran la forma de hacer valer su expresión a través de estas formas ya trazadas.

Katerin pertenece a una generación de poetas que escribe desde la angustia, donde los paralelos poéticos abundan, donde los referentes literarios se desmoronan, sin embargo a pesar de todo se siguen escribiendo libros , se sigue creando poesía, hoy más que nunca el arte y la vida no deben desligarse una de otra, a pesar de que las bases morales y éticas parecieran haberse trastocado completamente, a pesar que pareciéramos asistir en carne propia al fin de los tiempos, el artista de este tiempo se ha dado maña para hacer de su mundo un último acto poético.

Raúl Heraud

Toulón - setiembre 2011

martes, 27 de septiembre de 2011

Poemas de Sally Crabtree (Reino unido)

Poeta de diversos matices, rockera y performer; siempre va mas allá del texto; el poema es para ella un objeto, una instalación, un acto de ensamblaje complementario a su imaginería artística;Sally es una figura que eclipsa cuando sube al escenario; a continuación los dejamos con algunos de sus poemas.




Performances




Instalaciones: Cabina de teléfonos que deja
mensajes en forma de poemas




Poemas enlatados


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Fragmentos


1.
Tiempo como un rio
por siempre moviéndose
por siempre en un sitio


2.
Eres así de frágil
como barco de papel
flotando por esta corriente de vida
pero recuerda tus sueños son mas frágiles todavía
como alas de mariposas
aun mira como vuelan!


3.
Deja algo detrás

de belleza

aun si es solo tu sonrisa
para
la luna es la sonrisa
del cielo
y
ilumina nuestra oscuridad


4.
Que es poesía?

es un susurro en una disco
pero algunas veces
hay una persona ahí quien puede leer los labios
y te responden (vocaliza estas palabras)
“te gustaría bailar?”



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(arbusto de mariposas)


poemas vienen a mí como mariposas
yo solo tengo que usar la magia
sobre mi y convertirme en arbusto de buddleia
eso es todo
así de fácil

a veces
sin embargo, uso la magia en mi y he llegado a ser un pared de ladrillos.

Me encojo de hombros como disculpa pero el gesto se pierde
en los que se encuentran a sí mismos
ven cara a cara conmigo.

Pregunto por qué
ellos no solo saltan como esos vecinos
nosotros tuvimos (chino) quien podía saltar
sobre una pared tan alta
desde sus rodillas dobladas…
un día
ellos desaparecieron.

A veces,
uso la magia en mí
y me he convertido en un pozo lleno de monedas tristes
aquí viene una “splash”
tiradas por las manos de un niño gordo
que no necesita monedas para pedir deseos
que le dio una madre
quien si las necesita.

a veces
uso la magia en mí y me transformó en una alfombra y susurro “vuela!”
pero así dependa o no de ti
a veces
uso la magia en mí y me he convertido en el cielo
y soy interminable
pero no sé cómo empezar a decirte esto.

y a veces
uso la magia en mi
y quién lo iba a decir, me he convertido en mi misma
me siento en la pared, con una moneda en mi mano
en mis ojos esta el cielo
a mis pies la alfombra en la cual hay una nota

arrugada
la levanto

y dice
soy una mariposa
he usado la magia en mí y me he convertido en este poema

léeme

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Cenizas de mamá


Mientras caminábamos hacia el esparcimiento
de las cenizas de mama
le dije a mi pequeña niña

espero tener su corazón
eso si…
añadí, puedo tener su rodilla
o su nariz…

”..o su..” ella sonrió, pero no lo dijo
sabiendo
de alguna manera, a la tierna edad de 6 años
que este no era el día de ser impertinente
y
estaba tan contenta
de tenerla ahí
esa pequeña parte de mi
que fue de mama
tan pequeña
tan crecida, parándome en esa colina.

esparcimos en turnos
mama en el paisaje
y
cuando vino a mi susurré
“por favor hazlo en el corazón que estoy sosteniendo”
mientras
metí mi mano
dentro de esas rudas cenizas
como opuesto a la suavidad
que tenía su piel
como
vida es a la muerte.
las arrojé al aire, donde
ellos capturaron la luz del sol y volaron.

Camino a casa, pude sentir cenizas
bajo mis uñas
y
aun cuando me los cepille, todavía las sentía
mi pequeña niña, aunque grande
todavía es sabia
todavía inoportuna y en mi mano aun
es
el corazón que sostengo.


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A la melodía de:”thats the way i like it”


1.

Así
ellos aterrizaron en su mente
ella transformo sus pensamientos en mariposas
y
ahí ellos descansaron

hasta que ella habló
y sus labios llegaron a ser el cielo
podías verlos revolotear ahí
un vals sobre el aire
su respiración
la cual soplo
esas palabras con alas
hacia
los horizontes lejanos
de un silencio
tan claro
que palabras y pensamientos
tan solo
desaparecieron

2.

Todo está en silencio, como un regalo

ella
lo sostenía y lo abrió
y allí encontró (y sonrió - qué cielo!)
una red
para cazar mariposas

3.

La siguiente vez

antes de que tengan una oportunidad

de ir en puntillas en su mente
y bailar
ella atrapo sus pensamientos
y los dejó ir
entonces
eso aquí arriba (golpea su cabeza) nunca lo sabrá.

Y estará lleno de pensamientos
no más
solo será una pista de baile de bienvenida
del cielo sin final
vacio
ella caería en sus brazos, claro que sí.


4.
y baila con estrellas

y baila con luz
ella baila con vacio esa noche

y ella está llena de eso

como su red

nunca nadie

bajo el sol que nunca se oculta
de una bola de espejos que giró
ella bailó dentro de su mente y ahora
ella esta danzando detenida así es como la encuentro aun

la encuentro
aun


*
despierta a un sueño


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Una canción poema


Sé un sueño y despierta para encontrar quien eres

sé la noche y deja que tus pensamientos sean estrellas
sé el riachuelo de una montaña y siente lo que caerá
sé el mar ahora que es como tenerlo todo

sé el inacabable cielo, sé libre
si toma 100 años, solo atrévete a ser

todo lo que un poeta quiere es enamorarse de sus palabras
a la vez que caen de sus labios sobre la pagina
que has abierto solo porsiacaso
y allí ellas danzarán
hasta que el libro sea cerrado
y en la oscuridad estarán quietas
y calladas como una piedra
como personajes de un cuento de hadas esperando por la
princesa
para despertar

y tal vez pasarán 100 años antes de que abras
esa pagina
antes que el beso de tus ojos vuelvan a la vida esas palabras
pero aun ellas bailan
exactamente como estaban
con la esencia adherida de un sueño
eso es todo lo que un poeta quiere…

sé una caída de rio, la quietud moviéndose en ti
sé un pájaro y sé el que voló

sé un árbol y toca los cielos cada noche
sé el amanecer y encuéntrate lleno de luz

sé el interminable cielo, sé libre
si toma 100 años solo atrévete a ser


* Traducción del inglés : Carlos Alberto Cárdenas


lunes, 19 de septiembre de 2011

Cartas desde la azotea de Domingo de Ramos




Cartas desde la azotea de Domingo de Ramos (Editorial Mesa redonda -2011), es una mirada interior a los deseos y reclamos de un hombre que ha sido volado en mil pedazos por la postmodernidad, y que desde su infranqueable atalaya diserta sobre los males del mundo, que son sus propios males; este hombre que sobrevive a sus guerras, observa como un vouyerista, con asombro y desconfianza la purulencia de los días, las caídas de Dios, los amores corrompidos; cada mañana o cada noche se convierte en el único testigo de una guerra nuclear librada en los techos de una ciudad abovedada por la tristeza, el hambre y la desigualdad, en un lugar que puede ser Lima Basora o California, desde allí resiste o se entrega al decadente ejercicio de escribir cartas que no parecieran tener otro destino mayor que el de dinamitarse a sí mismo.




16.



Escritos desde la azotea, 29 de mayo, 06:40




He pintado una escena de una guerra rupestre en mi carpa curvado como un animal de museo con escamas sin sexo y asqueroso en estado plano moviéndome lo innecesario o lo necesario según me dictan las sombras según me dicen los oráculos y los días que llevo atrincherado y sin forma como un laberinto de humo

Alá viaja en mi pecho sonajeando mi alma Pronto llegará el incierto árbol que abobará mi cabeza o el impío que será el que me acerque al señor Estoy en posición siento el escozor de la arena en los ojos y eso no hace más que convencerme de un último ruego Me inclino al oeste desde donde viene la gloria El Edén ya me espera





17.



Cartas desde la azotea, 30 de mayo, 01:05




Fatwa

La vida no es más que una sombra errante

De día o de noche es lo mismo

Sólo se inquieta como pájaro a los disparos

A los aullidos de las casas donde penan

Un brazo un dedo un ojo por el que se reflejan

Los techos chamuscados la línea clara

De una media luna

En la taza del moribundo

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Gladys Mendía y Los poetas del 5







La poeta Venezolana Gladys Mendía (Maracai, 1975), en su brillante labor de editora nos hace llegar parte de su extensa colección de plaquetas titulada Los poetas del 5; en esta ocasión nos muestra su reciente serie de poesía titulada CHIPICHIPIBOMBOM; y es que Gladys desde hace siete años promueve tanto en su versión digital como en su versión física, la difusión de jóvenes y no tan jóvenes poetas, no solo de Latinoamérica sino también de Europa y África como muestra de su solidaridad y su compromiso con la palabra; aquí los dejamos con algunos de los poetas que se encuentran publicados bajo su sello.






Carolina Dávila (Colombia, 1982)





Con la lluvia no penetran otras aguas



Yo amaría a esa mujer que deambula
por un desierto de noches heladas
mientras le llegan los rumores de algún puerto
pero no rompen ellos su silencio
ni suavizan los surcos
que el dolor trazó en su cara

La amaría porque no se doblega
porque con la lluvia no penetran otras aguas

porque su cuerpo se abre ahí
donde a la primavera no le alcanza


Tamaño de fuente

Carolina Delia Hoz de Villa Guzmán (La paz – Bolivia, 1983)





Adiós




Cada día es exactamente lo mismo
No hay amor aquí, no hay dolor aquí
(Nine inch Nails)

No me confundas con una jeringa.
No soy como tú
No me confundas con esa aguja, inyectando veneno en el oído
No soy como tú
No me confundas con lo que tú eres, cuando bebes mas vodka y
pierdes el control
No soy como tú
No me confundas con la ira que explota en tu anatomía de
príncipe azul
No soy como tú
No me confundas con esas neuronas de cerebro cavernícola que
en ti viven sin luz
No soy como tú
No me confundas con voces que oyes en tu coctel de aspirinas,
No soy como tú

No me gustan los rituales que se viven en secreto
No me gustan los amores que parecen un secuestro
con historias de hemorragia y ficción de mala muerte
con sonidos a pistolas del Oeste
Descargándose en el baño o en la sala de estar
Con los gritos de un crimen pasional.

Por eso te dejo… mi vaquero,
Te dejo con tus historias del “Bueno, el malo y el Feo”
Cruzo esta puerta, mientras sueltas el arma
buscas la calma, paras de llorar
llamo a una ambulancia
y no vuelvo por aquí nunca más!!!







Carolina Quintero Valverde (San José de Costa Rica, 1989)






En cuatro partes

I




Las cerámicas se revientan. Hoy se llevan mi cuarto por la ventana, con tus
fotos de hace un par de décadas y este espacio en que mi cuerpo estuvo solo.
Nunca he tenido sexo en mi cama; ella lo resiente y vos también.





II




Ayer se hizo un tornado que duró unos segundos. Las ramas se movían furiosas.
Todo desaparecía y empecé a llorar.
Los tornados son hermosos. Yo estoy desnuda.





III




A nadie le preocupa la desnudez, ni esos cloroscuros que se observan durante la
noche. Siempre quedo dormida mirando las cosas; esperando su movimiento.
Mi cuerpo se deshace, ya no me juntás y el piso tiene grietas.





IV




Vos has esperado el día como señales, que muestren hacia donde hay un lugar
con menos tráfico. Yo he sentido estos días como una advertencia hacia el
desastre; como una señal que indica ALTO y no me detengo








Daniel Maguiña Contreras (Lima, Perú 1984)





AQUÍ VIVE UN POETA


a Arturo Corcuera



Cabellico blanco como si estuviera expuesto temporalmente al viento, en Santa Inés vive el Noé delirante en una casa de cuento color blanco y puertas azules, árboles con frutos, palta, mango, uva. Imaginaba siempre que la casa de un mago tenía que ser inexorablemente mágica, y así fue. Cuadros por todas partes, esculturas, un reloj cucú comprado en Suiza, un cuervo que lo acompaña a almorzar cuando está sólo, un tordo que lo busca y quizás una de las partes que no hubiera querido perderme. Arturo tiene una amistad con un tordo, que viene a buscarlo para que lo alimente, el tordo agradece en un lenguaje que Arturo comprende y hasta pienso que él responde con sonidos que no escucho, fue una imagen imperdible. La fábula del gallo hombre, el león de piedra, la jirafa de mimbre, la silueta de los atardeceres desde su balcón, el cuadro de Guayasamín regalo de Fidel, su estudio el estudio de un poeta. Rosi su mujer, la mujer de un poeta…




Melissa Patiño (Lima Perú, 1987)



Espejos





Poseo el mirar de océanos adoloridos


labios hirviendo peces azules


manos y pies en cajas de hierro





Tengo la voz sigilosa gritando en el volcán de mis pechos


un país latigado a mi espalda


labra en mis piernas su tierra estéril




Escucho un canto que no es el mío


y no lo oigo


me evaporo para alcanzarlo


en las calles de un barrio chino,


gringo, indio, aymara, africano




Camino entre espejos que reflejan


mi propia incertidumbre




mariposas amarillas copulando flores rojas





Symplice B. Mvondo (Yaundé, Camerún, 1976)





Nacido en Yaundé



Nacido en esta ciudad maldita
Conjugué todos sus guetos
Sus luchas sus miserias y sus promesas.
Crecí con todas sus furias y sus odios
Sus terrores sus miedos y sus dolores
Sin resentimiento bebí todas mis tazas
Y soporté mucho daño.
Pasé por todos sus caminos
Del más bonito a los más lamentables
Del más humano a los más inhumanos
Y del más lamentable al más lamentable.
Canté todos los canticos
De los bíblicos a los satánicos
Hasta perder la fe.
Viajé sin rumbo trabajé duro
Excavé taladré
Barrí salvé
Y algunas veces incluso saqueé para comer…
Hojeé todos los álbumes
De la miseria de esta ciudad mal pensada
Y lleno de fe
Me encontré llorando toda la noche.
Corrí a grandes pasos todas las pistas
desconocidas de Ntaba
Admiré detenidamente los chalets mal alineados
de Odza
Crucé grandes ciénagas que apestaban en Oyu
Abang
El pueblo n la ciudad de Nkoabamg
Inclusive me ahogué en pleno bulevar de la
reunificación.
Y oriné un poco en la pared del primer Mini
Varias noches
Teniendo solo como compañía cigarrito de
marihuana y algunas botellas (cuando podía
ofrecérmelas)
Nacido en esta ciudad perdida
Conocí todas sus nauseas
Sus calles asimétricas y sus ranchos inclinados
Calles de la escuela al hospital
También en las oficinas los gritos a todo vie
Y el “cállate” se infiltra por todas partes.
Pedimos todo final de palabra
Y si las palabras no pasan más
Nos golpearemos la boca.
Y es con mucha paciencia
Que aprendí todas las lecciones de la vida
Que aprendí a estar contento en mi lugar
Y a dejar el país a quien le pertenece.
Nacidos en este bosque urbano
Aprendí que es la ley de la selva
Que aquí un grande nunca es pequeño
Y que los pequeños seguirán siendo pequeños
Sobre todo aprendí a dejar la política a los
políticos
La escuela a los colegiales
Y la miseria a los miserables.
Con mucha paciencia
Aprendí lo que es nacer en una ciudad del
tamaño de un gueto!
Nacido en Youndé
He nacido en Yaundé

viernes, 2 de septiembre de 2011

Demolición de los reinos (Grupo literario SIGNOS - Lambayeque)


Demolición de los reinos del grupo literario signos de la región Lambayeque (Sol negro, 2011), hace su aparición en esta gélida Lima gracias a uno de sus integrantes (César Boyd Brenes) para seguir diciéndonos que la buena poesía no solo es exclusividad y privilegio de la capital, sino, por el contrario, se da a conocer con más frecuencia fuera de sus límites; en esta segunda entrega encontramos a los poetas con mucha más madurez, y más irreverentes que de costumbre; a continuación una breve aproximación a su poesía:


Los últimos días de Caín de José Abad Ascurra (Jaén – Cajamarca -1979) transitan los linderos del malditismo, el poeta vive al límite dentro de una ciudad caótica, huyendo de sí mismo; un halito Paneriano rondan los textos que devanean entre la renuncia al ser y el deleite nihilista, la belleza dentro de estas páginas se encuentra en el abismo, en la declarada confrontación filosófica entre el hombre y dios, en el abandonarse en este cementerio pos moderno hasta despertar y saberse vivo dentro de una tumba sin nombre.


9

Miro en el espejo mi rostro envejecido por la lengua

áspera del tiempo. Mis ojos gastados, mis pupilas

opacas donde danza la sombra. Miro mi frente

surcada de recuerdos inclementes, mi cabello

encanecido, mi cuerpo inútil y arrugado, mis costillas

sedientas de tierra y de cemento. Miro mis manos

torpes, mis uñas carcomidas, roídas hasta sangrar en

noches blancas. Miro mis piernas que apenas me sostienen,

Y mi ombligo exangüe donde habita la

lujuria. Miro estas paredes donde envejecen arañas

que tejen las memorias de los muertos que no

vuelven. Miro con pavor, con ternura, a este hombre

que no sabe que mira con ternura, sus últimos días de

Caín, su último vuelo de insecto, de pequeño mortal

Inmortalizado por el hallazgo fatal de vivir, por la

burla de Dios que me mira con desprecio, y que no

sabe que también lo odio y lo desprecio con la

compasión del hombre que se va, mientras el Dios, el

siempre Dios, se queda solo en esta tierra de muertos.



¿Donde acaso es camino? de Cromwell Castillo Cabrejos (Motupe – Lambayeque – 1981) nos sugiere que la vida es un devenir constante y la poesía un veneno mortal, insalvable trampa de la que jamás se podrá liberar quien la escribe, el poeta cede ante la tentación irresistible del cuerpo, la inmortalidad para él tiene rostro de mujer pero también lo tienen la desesperación y la desesperanza, los poemas son vistos aquí desde la otra orilla, (a lo Juan Ojeda) desde el otro yo trastornado con la contemplación de quien ve que nada tiene, de quien sabe que lo ha perdido casi todo.


Pre – texto nuevo

Antes de que el gallo hubiera cantado

Tres veces, Pedro ya lo había matado.

Su conciencia limpia ayudó a Judas a

no colgarse. Jesús no fue crucificado;

aun juega a los dados con los

hombres que alguna vez decidieron

dejar de pecar.

Imagino lo soberbio que debe haber

Sido escribir un testamento nuevo.



Abandono del hastío de Ronald Calle Córdova (San Ignacio – Cajamarca – 1982) construye su universo poético alrededor de paradigmas humanos como el amor, visto de manera enfermiza, dios, como simple creación cultural, la locura como salvación, como un arte al que no hay que renunciar jamás, la poesía se vuelve dentro de estas páginas para Ronald en la contemplación del absurdo, la vida en la acumulación de fracasos arrojados a la piel, pergeñados desde los ojos incendiados del poeta.


VII


Dios, al no encontrar el Edén,

al poeta dijo:

no sé lo que he creado.

Luego,

lloró con él.


VIII


Dios es un ser extraordinario.

Siendo creado por el hombre,

Se proclamó mi creador.



Persistencia del alarido de César Boyd Brenis (Ferreñafe – Lambayeque – 1981) hurga en el poema como buscándose a sí mismo, buscando el significado de la condición humana, la belleza es para él observar como el mundo sucumbe en una tarde cualquiera, los poemas son puertas abiertas por donde se deslizan toda clase de emociones, de miedos, de deseos, por ellos transitan la madre, Narciso, los sueños, el psicoanálisis freudiano; los textos aparecen como una moderna terapéutica de la vida cotidiana.


Mito diluido


En la otra orilla del rio está la verdad,

Narciso,

y te quedaste a la mitad de ti.

Tu idolatría estuvo en el agua

Como una discreta inquisición: ahí

No había verdad y sólo tú te admirabas

En tus trampas del ser,

Para que tus ojos soportaran tanta realidad,

Tanto pedazo de agua

Convertido en ti.

domingo, 28 de agosto de 2011

“EL ÉXTASIS VIOLENTO DE CÉSAR PINEDA”




La poesía muchas veces se convierte para quien lo escribe en gracia divina y otras en una incurable maldición, un laberinto sin salida desde donde el poeta vive elucubrando toda clase de estrategias y artimañas intentando vencer el terror a la página en blanco. Vencer o ser vencido, lo mismo da, el hecho es sobrevivir al poema o morir en él. Así lo entiende César Pineda Quilca quien a través de “EL ARRIBO DE UN ÉXTASIS VIOLENTO” hace su aparición en el parnaso literario peruano. Sabe que le ha tomado muchas lunas llegar hasta aquí, se ha extraviado tantas noches en el empeño de dar luz a estos versos, ha claudicado en el intento y maldecido a todos los dioses por llevar en la piel el fuego de la poesía, sin embargo, el poeta persiste en la palabra, se aferra a su creación como a la vida misma.




El libro está dividido en tres partes. En el primer apartado, UN ABISMO DE LUZ, los poemas corresponden a una etapa donde César explora en el amor y en la poesía visual. El objeto imaginario del poeta se proyecta aquí como un fetiche, como un acto carnal no concluido. Se presenta en forma de mujer, como un dolor existente o irreal. ¿Es acaso este amor imaginado el primer intento de acercarse al texto, de habitarlo, de hacerse dueño de una voz poética?





Amo la blanca piel de una mujer hecha pedazos
Amo el hálito apretado de su sombra en un rincón cariñoso de esta ciudad
Amo el amor puro y destrozado de su ojo llanto lastimado





En CANTO FUGITIVO DE UNA SOMBRA LUMINOSA encontramos a un poeta que dialoga con él mismo, de manera coloquial y sin pretensiones lingüísticas. Más bien nos muestra a un sujeto poético que se acerca más a la realidad que a la ficción, a la confesión sincera, como si fuera un reo. El poeta de rodillas ante el lector muestra con la más absoluta naturalidad sus constantes desengaños ante un amor no correspondido. ¿Será acaso este mal amor una representación simbólica de sus derrotas literarias? Las dudas y temores que lo arrojan a escribir estos versos dan la sensación del salto al vacío. Frente a esto Pineda no cede ante las dificultades que plantea el ejercicio de la escritura. Pergeñar un buen poema es como enfrentarse a un monstruo de siete cabezas. Eso lo tiene claro el poeta quien escribe con la madurez y el desparpajo de quien tiene en su haber varios libros encima. Entonces planteamos aquí nuestra pregunta ¿Es a una mujer o a la poesía misma a quien César le dedica estas páginas llenas de desengaño, de tristeza, de amor, de cansancio y desesperación?


Todo poema
No es más que una sombra
Que nos per/sigue a todas partes.

Una
Puerta oculta.

A veces
Nuestra única salida.




La lucha del poeta se encuentra en el intento por sacudirse del miedo al fracaso, del horror a no ser, de la muerte literaria. Por eso los poemas (si bien son breves, dicen lo que otros no dijeron en extensos textos) hablan de su a veces díscola relación con la poesía. Queriéndolo o no, el libro se vuelve en él una obsesión. El poema es aquí una montaña a la que hay que conquistar a cómo de lugar. Por eso, con la desfachatez de su juventud, a César le basta y le sobra apenas unas cuantas estrofas para hacernos sentir su voz donde la simplicidad y contundencia de los textos impresionan. Sin embargo, como diría Leopoldo María Panero, es duro el trabajo de la poesía, esto, como en todo acto que involucre jugarse la vida, afecta al escritor, le produce pérdidas, bajas que está dispuesto a lamentar siempre.




Ya es hora
De quitarme la máscara
De ser
Aquel loco moribundo
Que persigue
A todas luces y a toda costa tu belleza
De no vivir tranquilamente
Como cualquier hombre
Soñando
En qué momento
Escribo este poema.



Los poemas poseen también ese toque irónico, ese sabor personal de un habitante de las noches limeñas, saben a criollada, a esquina, a barrio, a chifa de Ate, a música vernacular, a trasnochada, a jirón. Por eso César sabe reírse de sí mismo, de su desgracia, de su suerte muchas veces algo torcida, porque a punta de calle aprendió a transformar lo trágico en una simple anécdota. El poeta además tiene que ser ladino y estos poemas poseen también este ingrediente, esta hierba que no se vende en la bodega y que no se encuentra en todos los escritores.



Solo
He venido a ver
En qué situación se encuentra mi tragedia.



Y


Leo un poema
Y estiro
Mi mano
Como un mendigo.



En RESCATANDO LA LUMBRE el discurso es el mismo: la encarnizada batalla entre él (ser humano, hombre, profesor, poeta) y el texto (léase poema). Las dificultades y peripecias que tiene que vivir el transeúnte, el sujeto social, el animal pensante se estrellan frente a los reclamos dentro un mundo hostil que convierte al hombre en un número. El poeta es para el mundo real una ecuación que da como resultado 0 (cero), apenas un triste nombre, una gris figura que no corresponde a estos tiempos modernos, una palabra que hoy no significa nada. Los poetas somos semidioses diría, alguna vez, Enrique Verástegui e inmediatamente acotaría desencantado, pero solo entre nosotros.



Ya no pienso
escribir.

Por escribir
uno se enferma.



Ezra Pound decía que el poema comienza a morir cuando se aleja de su música. Los poemas de César Pineda poseen una música especial que proviene del alma. Suenan como una música nueva de tambores, de arpas y guitarras eléctricas, suenan como el tráfico cerca al grifo Tokio, como la estridente chicha que sale de una mototaxi y que recoge un pasajero a media cuadra del paradero Tagore, como los violentos latidos de su buen corazón no esconden nada, solo dicen, y muchas veces en poesía, y sobre todo, en la vida, decir, es suficiente.




Alguien
Ha dejado regado
Su tristeza sobre mi puerta.



No sé si César Pineda pueda superar el debut auspicioso de este muy buen poemario, no sé si tampoco vuelva a escribir un libro fugazmente como lo hizo con la mayoría de estos textos, casi de manera demoníaca, solo en una semana y media, en una especie de trance. Lo cierto es que todos los que conocemos al poeta sabemos la importancia que tiene para él publicar por primera vez su poesía y entregar al lector sus textos como quien entrega parte de su alma. Esperamos que quien lea estas páginas pueda entender que tras la palabra poesía se esconde un significado aún mayor que involucra: años, vida, corazón, pasión, sentimiento, creación, y sobre todo, amor por ese “extraño oficio” que le otorga sentido a las palabras.


Raúl Heraud

La Molina, 22 de junio 2011

jueves, 21 de julio de 2011

Poesía de Michael Jimenez





El joven poeta peruano Michael Jimenez nos hace entrega de estos nuevos textos que hablan del amor y la pasión por la vida; encontramos en la poesia de Michael un nuevo aire, pareciera que un rejuvenecido duende de la poesía camina de la mano del poeta.





HUMAREDA



hoy me senté a recordar
tu mancha de petróleo
contrastando con mi mancha de nieve
y a nuestros cuerpos amándose
en una danza poética
en esta mi habitación tan pobre
como un cuadro de Humareda
y es que ésta siempre ha sido mi vida
me convertí en amante de la soledad
a pesar que nunca fue grata conmigo
pero se mudó a vivir
entre estas paredes de madera
que resguardan libros
y a un poeta soñador
dueño de un corazón
que no te logra olvidar



V



qué haré con esta luna llena que intenta asomarse en mis noches / ahora que aprendí a vivir de mañana / qué haré con los palitos chinos que se amontonan en mi casa / si vivo en un constante ayuno / qué haré con estos discos que ocupan espacio en mi cajita de música / si me he quedado sordo y mudo / qué haré con los lapiceros que ahora sobran en mi escritorio / si me he olvidado las palabras del diccionario / qué haré con el silencio que gobierna en mi casa / ahora que tu sombra me acecha en las hojas en blanco





KIRIBATI



hemos hecho el amor
tantas veces
como los gatos que tuve durante toda mi vida
y en cada ocasión
nos hemos herido de muerte
mientras mi razón ha ido cayendo hondo
en lo más profundo de esta existencia

pero tienes que saberlo
mi corazón no es un país de Oceanía
llamado Kiribati que se está hundiendo en el Pacífico sur
al extremo de correr riesgo de desaparecer
en poco tiempo

debes de enterarte que
mi corazón
es un poeta en busca de musa
que sueña con llegar a olvidarte
con no volver a nombrarte



s/t



ayer te soñé
suspirando en mi espalda palabras como estrellas
abrazando mis deseos con pasión
internándote en este bosque de mis pensamientos
acariciando cada suspiro que provocas a mi corazón

y no me atreví a despertar de ese sueño en el que habitabas
porque navegué sobre tu espalda en versos de amor para ti
sembrando poemas en cada una de tus pecas
sumergiendo mis sentidos en tus pechos luna llena
deslizando mis anhelos por tu vientre desnudo
hasta quedar dormido entre tus piernas perfumado de tu esencia




EL HOMBRE DEL PRESIDENTE



me tocó ser el hombre que se lanza frente al presidente
y recibe el balazo en un atentado
que se desangra frente a todos
acercándose inevitablemente a su fin
despacio con dolor
viendo su sangre correr y formar un charco
jadeando en el suelo frio
perdiendo la visión poco a poco
mientras su vida pasa lentamente delante de sus ojos
desacelerándose su corazón
sus latidos
sintiendo cada vez mas frio
y muriendo cada vez mas
sin remedio sin solución
sin una medicina posible o cura
ni recibir auxilio de un paramédico
sin poder coger un ambulancia
e ir al hospital o la clínica mas cercana
para atenderse de este atentado de tu existencia


me toco ser el hombre que pisa la mina en la guerra
y se mutila inevitablemente un miembro de su cuerpo
que ve ríos de sangre por doquier
que cae al suelo
y se revuelca de dolor
y le duele en el alma
y se lamenta por el descuido
que sufre lo que no pensó sufrir
prefiriendo estar en casa
o con los amigos riendo en su barrio
pero que ya no tiene marcha atrás


me toco ser el hombre que sale volando del auto en un choque
y mientras está en los aires
se le va la vida
y no puede decir sus últimos rezos
ni despedirse de sus familiares
tampoco dar el último beso a la novia
y cae
cae fuerte en un golpe seco
y se le destroza el cráneo
los recuerdos desaparecen
y ya no le queda nada
ni la sombra ni un suspiro
tampoco la mirada del adiós

me tocó ser el hombre que naufraga en una isla
y todos los sentimientos felices y gratos los va perdiendo
quedándose solo triste amargado
desangrándose en el interior en el alma en el corazón
en la vida misma
que pierde sus ropajes y queda desnudo
sin nada para protegerse
ni lugar donde guarecerse
ni comida que lo alimente
que se asolea día tras día
y su piel se raja
sus labios se secan
sus uñas se deforman
sus cabellos se enmarañan
pierde noción del tiempo
de la vida
de los días de la luna del sol de los astros

me tocó ser el hombre que ya no tiene salvación
que sufre
que llora que se desangra
que se mutila el cuerpo
que pierde la felicidad
que no conoce el amor verdadero
que pasa lo impensado
y que al final
e inevitablemente
sin más remedio
muere

jueves, 16 de junio de 2011

Poesía de Roy Dávatoc


Roy Dávatoc (Perú, 1981). Es un joven poeta cantuteño, con tres poemarios a cuesta: (Alma,Gradus y La lluvia nos detiene), es para muchos un osado salvavidas ya que dirige con éxito la editorial Toro de Trapo, desde allí arroja boyas a muchos escritores náufragos; Roy pergeña sus versos con el dolor a cuestas, posee una incansable necesidad de retratar todo cuanto ve; el mundo es para él un bestiario por donde desfilan todas las emociones humanas.





Utrillo


Estuviste tan solo
nunca te diste cuenta de lo horrible del mundo
del cáncer y el colesterol
bombardeando el corazón y el hígado
lo irremediable de las rinoplastias
y las inyecciones de botox,


tú sólo tenías ojos para
la lenta y firme
tristeza de las alas





Cuento breve


Para Juan, mi casi hermano.


Hay tres sujetos
Miguel/ El Gato/ y Juan
y en un chevi del 98 gris palomino
tartamudeando
fuman marihuana

un poli rompe el cristal
bajo la lluvia
el humo desaparece
primero rápido
luego se detiene un momento

La lluvia no se detiene

Hay otros dos polis a cinco metros
como zanates derribados
o bolsas de basura
que muerden los perros

tras la cortina de agua

siento un golpe en la nuca
negro y naranja y rojo a garradas.

Entonces comprendo que
bajo la lluvia todos morimos un poco




Temor


Se acuchillaron
nuestros ojos de veladora
con el espanto de la nueva luz

y los recuerdos vienen incesantes
a refugiarse en la hierba fresca
donde nuestros cuerpos
se curtieron por el hábito

Pero el amor que
nos fulmina como sangre briosa
contra las rocas

fermentándonos
el nacimiento del primer Dios

promulgado en tu oración
y en mis desiertos

nos vuelve pálidos de
honda locura.



Irredención


NO HAY remedio para aliviar ninguna cosa.

Afuera el silencio es un parto de cielo y sangre

no hay derechos para los hombres fermentados como costras;
parecen bestias marcadas en campo hastío.

Hay niños y mujeres quemados en bolsas,
perros hambrientos,
moscas de muerte.

Y
yo
¡por un demonio!

¿lo único que puedo hacer es tomar café
y evitar su negrura cerrando los ojos?



V


VIENEN los perros
viene la liebre
y se para de golpe la carrera

viene la vida lenta
la raíz y la sangre

viene Dios que cuando está solo
desde su tristeza
se imagina la noche.