jueves, 27 de octubre de 2011

LA POSMODERNIDAD EN EL PEZ ALADO DE KATERIN LAZARO AGUILAR





Las nuevas búsquedas estéticas han llevado siempre a los escritores a mirar más allá de lo que existe; los jóvenes poetas mergulhan en las futuras vanguardias como una forma de eternizarse, nada hay fuera de ellas se atrevió a decir el gran Paul Valery, pero fue él quien también dijo no hay nada nuevo bajo el sol, refiriéndose a que todo está hecho, establecido; y son justamente los jóvenes quienes acercándose a las actuales herramientas de este siglo, a través del mundo virtual, exploran y reinventan nuevas formas artísticas, como es el caso del reciente auge de la "Poesía visual" o la Performance.


Y es que en tiempos donde la palabra escrita como forma poética de expresión parece no alcanzar, la imagen cobra otra vez importancia no solo en el arte de la poesía sino también en el difícil arte de vivir.

A comienzos de este nuevo siglo donde las utopías parecen escasear y se conmemoran episodios sangrientos como el del once de setiembre, celebrado por televisión a todo color, haciendo de nuestro mundo una cultura de la muerte con el agregado del odio étnico que parecía desterrado de estos tiempos y la paranoia colectiva, indiscutible sello de esta era, nos hacemos quizá una pregunta, hasta que punto va a llevar el ser humano su sed destructiva?


En el afán de darle una interpretación a la conducta del hombre moderno hemos investigado colectivamente en la psique humana, Freud pensó que el diagrama humano se descifraba a través de su desarrollo psicosexual, Jung en el rizoma del inconsciente colectivo encontraríamos las respuestas arquetípicas a su interpretación ser humano - sociedad; hemos ido incluso más allá, convirtiendo al hombre en un sujeto que basa sus actos en solo estímulos e impulsos eléctricos, o en aspectos metafísicos que involucran verdad y fe.

Cada hombre o mujer es un libro abierto, un poema inconcluso que camina por la calle, como diría Vallejo “con su cigarro contratado y su dolor de bolsillo”, algunos tienen la fortuna de poder plasmar sus historias en cuartillas, como es el caso de Katerin Lázaro Aguilar, quien encuentra en el poema una forma de entender el mundo en el que habita; desde su yo poético Katerin pergeña las memorias de un personaje de estos tiempos postmodernos, una figura caótica, minúscula, soñadora, trastornada, herida, hastiada, quizá por el peso de la vida cotidiana, violenta y patologizante, una vida cada vez mas deshumanizada, donde el hombre se ha transformado en un producto desechable, donde cada vez más se categoriza a las personas por color de piel, rasgos, estatura, procedencia, etc., donde desaparecen las ideologías y se cuestionan las religiones ; ante esta avalancha de hechos Katerin ha construido un yo poético tal vez a imagen y semejanza con el que pueda puede sentarse a dialogar cerrando sus ojos para no ver todo aquello que le produce nauseas; el dialogo es más bien interior, produce reflexiones casi siempre tanaticas sobre la vida; una muchacha que camina por los abismos de la depresión y coquetea con el suicidio como una forma de escape (ya sé que la vida es abismo, que la vida es caída) pero esta es la historia que se repite como una vieja película en estos tiempos y que conocemos harto, aquí nos detenemos para preguntar: cómo una joven puede llegar a tener concepciones tan grises de la vida, hasta donde nos pueden llevar los estertores de un mundo enfermo(la vida es una celda con piel de otoño) donde el yo lirico pareciera abandonar todo acto de fe (guarda en el zapato el opio de la esperanza) por que el opio aquí es el dios negado para la poeta y son estos versos que me hacen recordar aquellos del poeta maldito Arthur Rimbaud cuando decía “Pedro renegó de dios, hizo bien”, cuando ella escribe de manera imprecatoria(si dios existiese, oh si existiese) como buscando en aquella duda alguna culpa divina para todos los males de la tierra. La vida se parece a un pozo donde todos debemos agitarnos como única manera de salvarnos, de no caer en las redes de la soledad y la locura; las respuestas a nuestras interrogante salen a la luz de manera natural, solo basta dar una ojeada al mundo para darnos cuenta que la basura ya no se esconde debajo de la alfombra sino que se muestra, se le da nuevas formas y se nos alimenta con ella. Todo esto basado en una microfisica del poder que limita y controla los aspectos de orden psíquico y social.


"Digamos/que nunca amaneció /es por eso que ahora divagamos/en la hoja en blanco" dice el yo poético y ante ello cae una guadaña sobre el cuerpo del poema, sobre la nada, que es la misma poeta, presa de su creación, navegando por aquel espacio en blanco, como un objeto no complementado, como un deseo lacaniano no saciado, sobre la atroz narrenschiff de Brant, llevándose consigo todos sus miedos, porque el poema es siempre un cuerpo al que hay que vencer, al que hay que doblegar o por el que uno se doblega, “hacer de mi cadáver el último poema” decía el trastornado y genial Leopoldo Maria Panero desde el psiquiátrico de Mondagón, y Artaud preso de su genialidad en rodez afirmaba que el acto de escribir es personal y vacío. Son estos los paralelos con los que lucha la poeta que converge a ratos en el simbolismo y en otros en la ternura "danzamos/dibujados /en las mágicas dunas". En ambos casos existe una búsqueda en la escencia humana, en emparentar al arte con la realidad y no con una simple aproximación fantástica de ella; entonces en estos tiempos el poema y el poeta terminan siendo uno, una simbiosis natural donde ya no se sueña sino se denuncia, donde no se fantasea sino se describe una realidad especifica.

Creo que no hay que dejarnos atrapar solo por el aspecto lúdico de los poemas de Katerin, con aires caligramaticos al estilo Apollinaire, aunque los textos son breves y muestran un lenguaje en ocasiones enmarañado creo que encuentran la forma de hacer valer su expresión a través de estas formas ya trazadas.

Katerin pertenece a una generación de poetas que escribe desde la angustia, donde los paralelos poéticos abundan, donde los referentes literarios se desmoronan, sin embargo a pesar de todo se siguen escribiendo libros , se sigue creando poesía, hoy más que nunca el arte y la vida no deben desligarse una de otra, a pesar de que las bases morales y éticas parecieran haberse trastocado completamente, a pesar que pareciéramos asistir en carne propia al fin de los tiempos, el artista de este tiempo se ha dado maña para hacer de su mundo un último acto poético.

Raúl Heraud

Toulón - setiembre 2011

1 comentario:

  1. Muchas gracias por la ponencia del 30 de setiembre, estuvo muy buena. Un abrazo.

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